No lo piense tanto: decídase y actúe.
Estudié la carta del restaurante durante varios minutos, luchando contra la indecisión, sintiéndome tentado por cada plato de una forma distinta. Quizás debería pedírmelos todos… ¿Es esta una decisión frívola que no se merece una deliberación? Tal vez. Pero apuesto a que le ha pasado. Si no con la comida, pues con otra cosa distinta. […]